Parece algo complejo darle conceptualización al amor, más cuando en el mes de febrero se dedica mayor intención a este importante elemento. Ha de iniciarse este amor desde el momento que comienza la vida, la forma como los padres profesan sentimientos a su hijo que está en el vientre de la madre, luego de nacer, todas las muestras de ese sentimiento surgen de las formas más asombrosas; se genera el crecimiento, son los primeros pasos, las travesuras, los logros de estudiante, y viene la primera llovizna al corazón con el primer amor; esa persona que en silencio se establece en el corazón, y luego viene el aguacero cuando se da el primer encuentro, por supuesto no dejamos de pensar en el diluvio entero del matrimonio, donde esas aguas pueden conformar un mar navegable de vivencia o un momento de tormento del cual debemos despejar nuestra creencia para convencernos que la vida de pareja es posible por encima de todas las dificultades.
Pero el amor aun continúa, están los amigos, los compañeros, la mascota, el vehículo que tenemos, y un amor que no se compara el que le damos y recibimos de Dios. Son muchas las manifestaciones, pero creo y convencido estoy que para hablar de amor, debemos considerarlo como puro, transparente, que no se oculta, que no miente, que no disimula, en especial no daña ni busca dañar, por eso vale la pena preguntarnos, verdaderamente amamos o nos aman….es altamente posible, pero la sinceridad es como el viento que moviliza nuestras velas, es como la fuerza que impulsa a la naturaleza a ser incansable todos los días.
Es importante saber en una justa media cuanto amor estamos dando, de qué manera somos plenos en nuestra sinceridad, somos realista para saber a quienes le ofrecemos la mejor muestra de afecto y amor, creemos que hablar de amor puede resultar algo “cursi”, es que nos cuesta entender que al sentimiento llamado amor solo lo conducimos a nuestra pareja, no es posible aceptar que podemos amar a la naturaleza, a la vida, a nuestra existencia y en especial a Dios. Y como dice el comercial……el amor está ahí… lo que falta es encontrarlo.
Dios les bendiga.
Pero el amor aun continúa, están los amigos, los compañeros, la mascota, el vehículo que tenemos, y un amor que no se compara el que le damos y recibimos de Dios. Son muchas las manifestaciones, pero creo y convencido estoy que para hablar de amor, debemos considerarlo como puro, transparente, que no se oculta, que no miente, que no disimula, en especial no daña ni busca dañar, por eso vale la pena preguntarnos, verdaderamente amamos o nos aman….es altamente posible, pero la sinceridad es como el viento que moviliza nuestras velas, es como la fuerza que impulsa a la naturaleza a ser incansable todos los días.
Es importante saber en una justa media cuanto amor estamos dando, de qué manera somos plenos en nuestra sinceridad, somos realista para saber a quienes le ofrecemos la mejor muestra de afecto y amor, creemos que hablar de amor puede resultar algo “cursi”, es que nos cuesta entender que al sentimiento llamado amor solo lo conducimos a nuestra pareja, no es posible aceptar que podemos amar a la naturaleza, a la vida, a nuestra existencia y en especial a Dios. Y como dice el comercial……el amor está ahí… lo que falta es encontrarlo.
Dios les bendiga.
