Un hombre que desciende de la mano de un creador, está comprometido con el
gen de la vida, el cual le imprime uno de los valores más altos del individuo,
la verdad. Pero para muchos, la verdad
parece un término casi inexistente. Que tan amplia puede ser una definición
personal sobre sí mismo? no es fácil, sin embargo, todo lo que se diga estaría corto
para la visión de otros, aun así, por muy corta que pueda darse una expresión personal,
las palabras más simples, si son transparentes y reales, contienen parte de esa
verdad. La idea es, no disfrazarla, ni
disfrazarse ante la mirada de otros. Somos lo que somos, tal como la naturaleza
nos concibió, tal como nos configuramos en la sociedad, con nuestros aciertos y
desaciertos, pero con una palabra empeñada siempre en la verdad. Que sucedería si
para un momento somos los grandes amigos y pacifistas, pero en segundos,
nuestro parecer y discurso se torna agresivo capaz de promover conflictos, de
los cuales luego no somos responsables…! Es notable que los disfraces solo se
han hecho para lograr encubrir la verdad, dar una imagen falsa de lo que
cotidianamente somos. Por ello, el disfraz para los niños y niñas, que en estos
días adornan nuestra ciudad, con personajes de alegría y humor, pero para todos
los hombres y mujeres de bien, sea la verdad él rostro y frontalidad de
siempre. Dios les bendiga.