El día de la juventud, históricamente
refiere la importante Batalla de la Victoria, la cual fue determinante en la
Guerra de independencia de Venezuela, en la que fuerzas realistas al mando de
José Tomás Boves intentaron tomar la ciudad de La Victoria siendo rechazados
por un contingente republicano, liderados por el general José Félix Ribas. Sin
embargo, tendríamos que recordar que esta confrontación se da en una situación donde
la falta de tropas especializadas establecía una desventaja máxima ante el
ataque demoledor de Boves, pero ante esta dificultad, para la naciente nación,
es la juventud, ese puñado de valientes ciudadanos, campesinos y estudiantes que
asumieron el rol de defensa en la dirección de un joven general.
Parece que la historia tal como lo
dice un trovador “es una carreta en la cual algunos se montaran, por encima
pasará de aquel que quiera negarla”. El momento de lograr un país es todos los días,
son todos los momentos, en base a que las necesidades de cambio son permanentes.
La dinámica de un mundo como éste, exige de la presencia y compromiso de todos los que juramos llamarnos VENEZOLANOS, nuestra
insignia es tricolor, ese cromatismo definido por Miranda, el cual nos hace
sentir orgullosos, pero esa dicha solo se logra con verdaderos protagonismos, con
el balance de vida personal que cada uno posee y forja.
No es necesario ser un destacado
elemento dentro de un escenario de gloria, no hace falta ser un medallista, no
hace falta escalar cimas, no hace falta un deporte extremo, solo hace falta dar
tu mejor esfuerzo, luchar ante cualquier adversidad, desde lo personal hasta
las que afectan a las masas. Esos héroes anónimos, son los que no se
publicitan; ganamos batallas al ser ciudadanos de primera, al cuidar nuestras
vidas ante que ofrecerlas en el campo del vicio y las drogas, cuando somos constructores
de nuevas vidas en forma responsable, cuando entregamos los valores de vida a
quienes nos rodean y en especial a la familia, cuando nuestro lenguaje es del
verdadero amigo y no para insultar a quien difiere de nuestras ideas.
Bendita la juventud, pues su fuerza
y energía vive en el momento necesario, y es un relevo eterno donde la esencia
de los hombres y mujeres son los valores así como los principios que reciben de
la familia, eso nos permite alzar con mano firme la esencia de ser los
guerreros contra la adversidad, y que en los cuarteles de la vida se nutran las
armas de la verdad y la sinceridad; para disparar en verso una verdad; juventud,
Dios te bendiga por siempre.