La intención de un hombre que lejos de su patria forjo en
batallas su convicción libertadora sigue
vivo, su anhelado viaje a la patria le llevo a miles de solicitudes para lograr
una ayuda; su mentalidad y visión futurista escapa de esos tiempos, la consolidación
de un bello esfuerzo navegó en su adorado Leander, el cual porto en vez primera
de nuestro tricolor. Miranda…tu memoria está vigente hoy en día, tu constante
batallar ocurre todos los días en este tu suelo natal, cada mañana los hombres
y mujeres se levantan pensando en un país mejor, no importa el tiempo, no
importa el color, importa es la dignidad, el digno pan que lleva a la mesa sin
que para ello deba vender su pensamiento.
Anhelan cada día el conformar un ejército, pero no de
hombres armados con fusiles comprados con hambre, anhelan multitudes de
hermanos aunados en el verdadero progreso de esta patria, anhelan tu llegada a
las costas de la Vela, donde tus rodillas se rindan en las arenas cristalinas
del horizonte liberado, esperan que el Leander de la vida, les lleven a navegar
por una vida digna para el presente y futuro, donde nuestras riquezas naturales
no sobornen conciencias.
Sabemos que aquel momento en el cual fuiste entregado
como traidor, fue solo el producto de las intrigas que llevaron al propio
Libertador al borde de su final, Miranda, tu fortaleza ante el injusto encierro
representa el más digno ejemplo de que la lucha continua, la brisa que agravo
tu salud, hoy servirá para llevar tu aliento de justo guerrero, no habrá una
espada para castigar al injusto, será la mirada de un país el suficiente
castigo para demostrar que este debe ser un país de convocatoria y donde todos
siempre fuimos hermanos.
Miranda, hoy se enarbola en nuestro corazón esa bandera
que nos trajiste, ondea en la patria verdadera el tricolor que ha sido
traicionado, mantendremos firmes la intención de una patria de todos, una
patria donde el respeto que ganaste como hombre de bien, sea la consideración que
nos refleje en el mundo, limpiaremos la cara de la nación, colocaremos las flores
de la verdad y serán los frutos de la transparencia y la honradez los que
alimenten a nuestros hijos.
Miranda, tu espíritu sigue vivo por siempre…!