Con toda la alegría de un país comprometido en su
futuro, los ciudadanos ejercieron su
derecho al voto, de esta manera dieron continuidad a un sistema que si bien está
pasando por momentos difíciles, más compleja es la situación que se ha
provocado al dividir a los hermanos que antes fraternizaban en medio de sus
diferencias. Hoy en día para muchos será
de alegría, para otros de reflexión, sin distingos de quien se ubica al mando, será
una constante de todos los venezolanos a ser plenos observadores de los
compromisos que el Estado ha generado para esta quinta oportunidad al mando,
sus papeles de trabajo más significativos serán el recurso para auditar en cada
momento por donde se encamina la acción de gobierno.
Es necesario ser además constructores de la buena
esperanza, labrar con los ladrillos de
la fe, los muros de nuestra existencia como país soberano, queremos sentirnos
orgullosos de nuestras cosas, seguiremos siendo los precursores de libertades,
pero debemos ser consientes que la batalla esta acá en nuestro terreno, ya
basta de la descalificación como lenguaje, los recursos de nuestro país deben
ser invertidos en nuestra fecunda nación, no podemos continuar con esta actitud
derrochadora de los bienes mientras continúan los niños de la calle a los
cuales les prometieron rescatarlos y aun
no se ha logrado.
Este país perdió muchas batallas, pero nunca doblego su
fuerza, se organizo de manera sabia e inteligente para con la fuerza del
creador desmontar la tiranía, y luego nuestra bandera se baño con los sueños de
miles de hombres que amaban la libertad. El Estado debe ser cauto, porque un
alto porcentaje de los ciudadanos de esta patria le brindaron su confianza
prestos por la ilusión de un país mejor, entonces, el sendero es la verdadera dignificación
de este pueblo, donde los hermanos nos abrazamos hasta por los logros de
nuestros equipos deportivos, recuérdese que son las olas las que acarician la
playa cuando esta abre su orilla hermandad, pero esas mismas olas pueden ser
erosivas si existieran obstáculos para llegar a la libre existencia de la
orilla.
Gobernar debe ser el papel del Estado, pero cada uno
de los venezolanos presentes y ausente de nuestro suelo patrio, somos los
verdaderos dueños de las riquezas, no incitare al egoísmo, creo firmemente que
si Dios nos reglo esta plenitud de recursos es para proveer a sus hijos como
principal opción. Las calles están cargadas
de constructores de la vida y solo necesitamos buenas y grandes voluntades para
seguir adelante, este país lo conforman millones de almas que día a día le
amamos como a una madre a la cual queremos proteger, pero todos los comprometidos
en el gobierno deben tener en su mente y corazón que no gobiernan para una
parcialidad, que gobiernan para todos y bajo ese lema seremos críticos para
admirar lo justo y sensato, así como para contravenir lo equivoco e injusto. Dios premie a quien cumpla con su labor y juzgue
a quien traicione nuestra patria. Estemos orgullosos de vivir de pie y no amarrados.