La fábula relata que un maestro quería enseñar a su alumno una lección
sobre evolución personal. Para ello buscan una familia muy pobre en un pueblo
muy pobre y encuentran una que solo sobrevive gracias a una vaca que les da
leche con la que se alimentan. La familia había creado un mundo alrededor de su
vaca y, más que vivir de ella, vivían para ella. Todo su tiempo lo dedicaban a
la vaca en lugar de dedicarlo a buscar otras alternativas de vida.
Cuando la familia no se dio cuenta, el maestro mató a la vaca con un
cuchillo ante el asombro de su alumno, el cual no entendía el motivo por el que
el maestro había matado al único medio de supervivencia de la pobre familia. Un
año después de aquel episodio el maestro y el alumno fueron al pueblo a buscar
a la pobre familia. Cuando la encontraron, en el lugar dónde estaba la antigua
choza en la que vivían, encontraron una gran casa de la que vieron salir al
padre de la familia y se acercaron a hablar con él. Al preguntarle por lo que
había pasado en ese año, el padre explicó que, desde que algún desaprensivo
mató a su vaca, la vida les había cambiado radicalmente ya que no tuvieron más
remedio que buscarse la vida para salir adelante.
En el lugar dónde vivía la vaca habían plantado una serie de verduras y
hortalizas que, como producían más de las que ellos consumían, empezaron a
vender los excedentes y con el dinero que ganaban plantaban más y seguían
vendiendo. Al poco tiempo habían conseguido crear un medio de ganarse la vida
mucho mejor que vivir de lo que la vaca les daba.
Cuántos de nosotros hemos querido vivir la vida pensando en un formato único
para la subsistencia, para la conformación de nuestras vidas, pensando en una
especie de tesoro único del cual no somos capaces de creer en más alternativas,
y que debemos esperar que ocurra entonces?.... El secreto está en meditar sobre
nosotros mismos, pensar en lo necesario que es para la vida mira hacia un
horizonte muy próximo, vivimos en una sociedad cada vez más compleja y por eso
las demandas de ser mejores personas, mejores ciudadanos, más preparados así
como con mayores posibilidad de crear o seguir llevando adelante un proyecto de
familia, nos exigen mirar todos los días hacia nuestra interioridad y
preguntarnos ¿Qué debemos superar, para responder a tantas cosas juntas? No
esperemos que la circunstancia asesina la vaca de nuestra paciencia e indecisión,
vamos a tomar acciones para cambiar cuando sea necesario.
Debemos recordar además que por cada remada que damos, nuestro bote se
acerca cada vez más a la orilla de la felicidad aunque nuestros brazos se
agoten y cansen, una vez allí será otra la tarea que habremos de emprender.
Seguimos en crecimiento, Dios les bendiga.
