Comenzando con una semana importante, donde las realidades de la ciudad son
cada vez más complejas, esperamos que a raíz de los hechos que nos han tocado a
la comunidad de URBE, por la muerte de estos jóvenes emprendedores, las
autoridades asuman su papel en la depuración de los cuerpos de seguridad, el
establecimiento y respeto de las leyes y en especial de los Derechos Humanos, y
el asumir estrategias que no solo resulten efectivas, sino que además sostenibles en el tiempo. En días pasados apareció
en la prensa que el gobierno del municipio San Francisco, dotaría a las
unidades de transporte privado que prestan sus servicios a los estudiantes de
esta Universidad, un funcionario para su resguardo, así como de la instalación de
sistemas de vigilancia y GPS, eso me parece muy bueno, pero ¿Se dispone del
personal policial para esta labor? Esa es una pregunta necesaria, pues, de no
ser así, cuánto va a durar ese operativo, creo que pudiera tener el mismo
resultado del instrumentado por la Policía Regional con la vigilancia de las
escuelas al momento del ingreso y la salida de los estudiantes.
En realidad, estamos deseosos de buenas medidas, de puntos de verdadero
control, de calles con oficiales que sepan que son parte de la comunidad y como
tal se deben a ella, pero también con operativos o estrategias que puedan
permanecer en el tiempo, además de ser esto cierto, que no solo sean las
unidades que van hacia el municipio San Francisco, que todos estos cuerpos de seguridad se sumen a todos
los municipios foráneos y el de Maracaibo, cuidar al ciudadano no puede ser un
problema ni de color ni de posición, respetamos la territorialidad de estos
cuerpos municipales, pero no sería más productivo entender a la seguridad a través
de un verdadero Dispositivo de Seguridad, donde todos estén representados, y
donde las comunidades sean los participes de las denuncias y problemas de cada zona. No es posible ver
parcialidades de seguridad, parece que algunos ciudadanos merecen seguridad y
otros no.
Esta es una tierra de hermanos, donde todos tienen espacio, este es un
trozo del universo donde hasta saludar era un compromiso del ciudadano, esta es
la región donde la alegría y el gentilicio nos destacaba hasta en la forma de
hablar; los tiempos cambian, pero son los mismos humanos, los mismos niños y
niñas, los mismos hombres y mujeres que todos los días deben arriar al sol para
alcanzar el día de su vida; son nuestros derechos y son los derechos de todos.
Dios bendiga y proteja a este universo, que la conversión de un pueblo que en
su fe se sienta renovado sea la senda del resto del año y de los venideros
amaneceres.