No es solo un día...son todos los días

Si Dios permitió concebir a un ser tan especial como la mujer, solo sería interesante saber porque ante tal poder, prefirió que su único hijo naciera desde la maternidad de una Madre Santa. Pudo haberlo enviado como un humano concebido en una figura celestial, pero prefirió que las profundidades del amor maternal le gestara como a todos los hijos terrenales que somos. Eso me maravilla al considerar a la madre, un ser especial, del cual tantos artistas, pintores, escultores han brindado su obra para lograr dar un homenaje, y aunque es grato tantas muestras de amor para ellas, en ocasiones solo las recordamos en estos días festivos, seguro estoy que muchas de ellas no están a la espera de un regalo, solo esperan ver la sonrisa de cada uno de sus hijos, esperan el abrazo fraternal y puro que jamás daremos a otro ser en la vida, espera sentir nuestro corazón como lo sintió en su vientre, espera que busquemos su regazo para cobijarnos, espera simplemente que le digamos mamá. Dios bendiga a todas las madres, las que aun tenemos, las que están con nosotros de manera espiritual, pero es un compromiso de todos recordar que durante nuestra etapa de vida en su bendito vientre ella nunca olvido su papel de madre y por ello nunca olvidemos el nuestro como hijo…sea así por siempre!