Toda actuación humana es movilizada por una intención
determinada por el individuo o de cómo este es conducido para hacerlo. Si usted
llega a un centro comercial, tendrá múltiples posibilidades de actuación, podrá
comprar, observar, preguntar, compartir y hasta darle rienda suelta al ocio
personal. Pero definitivamente, eso no puede hacerse en el caso del Estado como
forma de gobierno, todo debe ceñirse a políticas claras y efectivas en los
distintos escenarios del país, indudable que siempre existe un liderazgo
positivo para dar los planteamientos y será el consenso de los miembros del
tren gubernamental quienes avalen las alternativas más acordes para el futuro
del país.
Pero en estos momentos tan complejos para la
sociedad global y en especial para el país, se muestran situaciones confusas,
por un lado se nos indica cada vez más la condición de salud del jefe de
Estado, un día se informa de una sorprendente recuperación, mientras que en
otro día, se insiste en la complicada situación y de su lucha, de hecho se ha
planteado por de la presencia de recursos instrumentales (para favorecer respiración)
colocados en la humanidad del presidente, que de solo imaginarlo podría dejar
en claro que el factor de incomodidad y molestia, le limitaría hasta el poder
ver televisión. Sin embargo, se nos asegura que pasa su tiempo en la revisión
de planes para el país, dando instrucciones, diseñando nuevas acciones sociales
y para de contar.
La esperanza seria que en realidad el presidente
pudiera hacer todo esto, ojala que sea cierto, pero la realidad visualizada en ciertamente
contradictoria, los mismos voceros del Estado se contradicen en su información,
unos ansían el regreso y otros parece que lo tienen al lado, y los resultados
de la realidad deja un sabor de mucha confusión, hasta los propios líderes del
Chavismo generan ambientes claramente percibibles a simple vista para el
ciudadano común. Pero todo esto establece inquietud en la población, dejando un
sabor de preocupación casi subconsciente, es decir sabemos que existe, estamos
seguros que es una preocupación y en alguna medida ocupa nuestro pensamiento.
Por su puesto, que el presidente no es el
responsable de todo lo que acontece, la particularidad de los actores del
Estado, no está bajo el pleno direccionamiento del jefe de gobierno, y eso es
muy preocupante por un país donde los poderes parecen ser contradictorios a la
verdadera cuestión social. Vemos las situaciones de las cárceles, donde se
espera la explosión de sus dificultades, y luego más de culpar a los canales de
transmitir cosas indebidas no pasa. Seguimos con problemas de energía, el
servicio eléctrico aun es muy susceptible por las graves fallas del mismo, las
situaciones que se están presentando en el metro de la capital son de marca
mayor, la semana pasada los pasajeros de un tren debieron caminar durante un
buen tramo pues el equipo se detuvo y no hubo forma de arrancarlo con la excusa
que se trata de un tren recién adquirido y de tecnología desconocida para
muchos.
En materia de alimentos, se observa cómo se nos está
drenando nuestras posibilidades de consumo gracias a la mirada ciega del
gobierno ante el moustro del contrabando de extracción, del cual nuestros
paisanos wayuu solo son piezas utilizadas, en los mercados se libran batallas campales
por un kilo de leche, azúcar, harina de maíz, y esto no se resuelve para
establecer un matriz de opinión de la cual las empresas productoras serian las
responsables. El fin de semana pasado, en varios mercados se observaron colas
de personas que por más de diez horas esperaban la venta de estos alimentos, y
seria claramente observado que más del 70% de quienes esperaban, eran personas
que son utilizadas por las mafias del contrabando, puede verse además cerca de
estos sitios, pequeños camiones donde las personas o mulas llevan lo adquirido
y reciben como mínimo cinco veces el precio que ellos cancelaron.
Esto es solo una parte de las complejas
situaciones que estamos viviendo, y la pregunta obligada es, quien está
moviendo los hilos del poder, quien no está definiendo esta situación de
postguerra, quien nos está demarcando está dibujando esta ficticia lucha de
clases, quien nos mantiene al borde del colapso cuando nos estamos endeudando
por la compra de gasolina importada, mientras aseguran que se produce en
nuestras refinerías, quien busca que el país se lance por una vía tan compleja
como esta. Como sea que resulte la realidad, esperamos que Dios permita la solución
de esta atmosfera, que favorezca la salud del presidente y elimine ese odio
visceral que en ocasiones manejan quienes se colocan de la acera del gobierno y
hasta de quienes están de la acera opuesta, nosotros estaremos por siempre en
la acera del país al que amamos, Venezuela. Dios les bendiga.