En nuestra sociedad el progreso es un término que no solo es utilizado por
el más ilustre de los economistas o experto en finanzas, es una palabra tan
conocida que desde el mismo chofer de trafico la conoce, el ama de casa, el
buhonero de la esquina que mercadea hasta partes de automóviles, el sacerdote o
ministro de una iglesia, todos saben que es el progreso. Sin embargo en la historia existen ejemplos muy significativos de este término,
por ejemplo Hitler, en nombre del nacionalismo que llevo a la Alemania a
combatir el uso de lo extranjero en todas sus formas, hizo énfasis en un
nacionalismo despiadado que lo llevo a ser sectarista, y progresivamente en el
dictador con pretensiones de dominación universal.
En función a esto,
creo profundamente que el progreso no lo compromete un medio o una herramienta
en el mejor sentido de la palabra, para que una sociedad evolucione, no deberá
partir del cero absoluto, puede estudiar modelos altamente eficientes y efectivos,
puede asumir algunas acciones o modalidades y hacer sus propias invenciones,
puede celebrar acuerdos con otros similares para obtener de estos experiencias
sin que ello implique dominio.
El progreso está
altamente relacionado con la libertad del pensamiento, con el poder de
decisión, con la capacidad de respeto a los derechos de todos. Fíjense, por
ejemplo, como alguien para difundir una verdad no puede obligar a otros que la
crean como absoluta, difiero ampliamente de quienes en nombre de una idea, por
muy buena que sea, obliga a su entorno a disponer de modelos que no han sido
nunca ni serán motivo de inspiración para nadie.
El progreso, es parte de la verdadera superación
de realidades pasadas. Es el mejorar su calidad de vida, es sentir el disfrute
de sus derechos sin menospreciar a otros. No creo en la mediocridad, creo en
que es posible la excelencia, no creo que aquellos que menos recursos poseen,
deban ser felices en las arquitecturas marginales del pasado siglo, todos y
cada uno de los ciudadanos deben recibir del Estado, una atención de primera,
pero creo que en una buena proporción esto no se logra como debe ser.
Considero que el progreso invita a todos para la
oportunidad del esfuerzo, sin que ello implique una venta de conciencia ni
ideología, veo en esos movimientos que intentan responder a tantas necesidades
de la población, colas interminables de venezolanos, ahí comienza el irrespeto,
abuelos y abuelas que deben ir a una penosa espera en búsqueda de un sustento
mediocre, no estoy anhelando ningún modelo europeo o americano, observo
realidades del continente donde aquellos que ofrecieron sus mejores años de
servicio, disponen del dinero en su institución bancaria, sin que eso
establezca un padecer. Entonces me pregunto, porque para hablar de progreso se debe
mediocrizar el proceso, y esto va para todos aquellos que tienen
responsabilidad de gestionar desde la esfera del gobierno, la atención al
ciudadano. Esto es un problema que llama a la conciencia de todos.