Desplegar las velas para
continuar la marcha que no descansa, sentir el viento húmedo que acaricia el
rostro, saber cuántos siguen, cuantos no están, cuantos se suman, y por sobre
todo seguir, seguir construyendo, seguir demostrando que la juventud, los
estudiantes son motores intelectuales y de fuerza para la verdadera
independencia, sobre quienes intentan colocar un cielo gris sobre el futuro de
la nación. Escucho en el corazón el Salmo 1 El Señor protege al justo. Dichoso aquel que
no se guía por mundanos criterios, que no anda en malos pasos ni se burla del
bueno, que ama la ley de Dios y se goza en cumplir sus mandamientos. No hay tinieblas eternas para quien navega en
aguas de la verdad, son mis hermanos los que en este planeta y más allá,
siempre que sean hijos de Dios, quienes han de considera que nuestro creador no
el verdadero padre, anteponen el valor de elementos que no son dignos del
hombre. El rumbo es hacia la luz, como hablar de armonía quien grita a mis oídos,
quien coloca mi sangre fuera de mis venas, quienes sepultan a otros en nombre
de un color, y aun dentro de tu signo, te considero posible para cruzar las
manos y perdonar, pero no abuses de mi paciencia ni de mi honor, mi timón
continua hacia la luz, y quedaras en tinieblas si ese es tu gusto pero lo harás
solo. Dios bendiga la humanidad, el Jesús
resucitado viva en nuestros corazones, y continúe el emprendimiento de los
estudiantes hacia una Venezuela de los venezolanos.