Dame
¡Oh Señor! Un hijo que sea lo bastante fuerte para saber cuándo es débil y lo bastante valeroso para enfrentarse consigo mismo cuando sienta miedo; un hijo que sea orgullosos e inflexible en la derrota honrada; y humilde y magnánimo en la victoria.
Dame
Un hijo que nunca doblegue la espalda cuando debe erguir el pecho; un hijo que sepa conocerte a ti..y conocerse a sí mismo, que es la piedra fundamental de todo conocimiento.
Condúcelo
Te lo ruego, no por el camino cómodo y fácil, sino por el camino áspero, aguijoneado por las dificultades y los retos, allí déjalo aprender a sostenerse firme en la tempestad y a sentir compasión por los que fallan.
Dame
Un hijo cuyo corazón sea claro, cuyos ideales sean altos, un hijo que se domine así mismo antes de pretender dominar a los demás un hijo que aprenda a reír pero que también sepa llorar, un hijo que avance hacia el futuro pero que nunca olvide el pasado.
Y después
Que le hayas dado todo esto, te suplico agrégale suficiente sentido del buen humor, de modo que pueda ser siempre serio, pero que no se tome a si mismo demasiado serio, dale humanidad para recordar siempre la sencillez de la verdadera sabiduría, la mansedumbre de la verdadera fuerza.
Entonces yo su padre me atreveré a murmurar
¡No he venido en vano!