Es suficiente un día para el Padre…?

Cuantos andan por ahí, pensando en el día del padre, como si fuese una fecha única para homenajear a quien por merito se forja el derecho de ser llamado Papá…, pues si bien claro está, no se trata de una simple responsabilidad biológica, el ser padre es un hecho mas allá de la posible comprensión de quienes han mercadeado ese día. Pero cuantas veces creemos que estamos haciendo honor a esa persona que nos dio la vida y que posiblemente la sigue dando,  y cuántos de nosotros estamos pensando en una vida donde los fines de semana los hijos decoran la casa con su presencia y sonrisa. Muchas son las ocasiones en las que el camino de la vida pareciera una carrera para demostrar que tan viriles somos, y queremos llevar estadísticas de las aventuras como si fuese un record. Aun cuando por ser humanos, estamos afectos al error, no tiene que ser un norte desvirtuar nuestras vidas, llenar las vidas de otras personas con hijos que nunca querrán acordarse de quienes somos, de hijos que solo verán nuestro rostro detrás del vidrio del frio sepulcro. Aun con errores debemos de vivir una vida donde la paternidad se ejerza con la pasión y el amor verdadero, no con el aventurismo como si estuviésemos en algún concurso, pues al final esos son los que más solos quedan  y a quien la muerte los lleva sin llanto alguno. Que felicidad es poder estrechar a mi viejo y pedirle la bendición, aun recuerdo sus vidriosos ojos y sus manos aferradas a mí y es también una satisfacción cuando veo delante de mí una generación y veo a mis nietos y escucho como la casa se llena de sonrisa y alegrías y es cuando me digo, que bueno es ser padre, que bueno es haber tenido a Papá. Hay enseñanzas complejas de interpretar, esas no se logran al pie de un tumba cargada con flores tres veces al año, esa se logra con una vida donde cada momento se aprovecha en el amor de Padre y para el cual debemos ser entendidos y comprometidos.