Somos libres desde el momento en que somos concebidos, la gestación nos hace más capaces de asomarnos a la vida, y el nacimiento es la cúspide de este deseo de libertad, y es así como al constituir comunidades, sociedades, espacios geográficos poblados, regiones, países y este importante y necesario plantea, queremos mantener el derecho de la libertad, sin embargo ,esto, no es una realidad constante en el mundo, y si bien es necesario que alguien lleve las riendas de una nación, es muy triste que esa actividad olvide los derechos fundamentales de los hombres, y por lo contrario conforme sistemas totalitarios donde hasta las tecnologías se encuentren controladas por una decisión oscura y particular, entre multiples ataduras.
Todo esto lo encuentro como entrada para ver la situación que ha caracterizado a Egipto, pasaron treinta años para lograr la comprensión de que la libertad era más una palabra que una realidad, y por ello sus dignos habitantes consideraron que no podía seguir y exigieron sus naturales derechos. Pero ante una visión dictatorial, las barreras para frenar a ese heroico pueblo, fueron superadas con el impulso de las masas, y es en este momento donde las tecnologías de las redes sociales y la fuerza expansiva de Internet, les permitió difundir las realidades de la Plaza Thair, se convirtió en el epicentro desde donde las voluntades y los gritos de libertad y democracia fueron el catalizador para el mundo.
Si bien, ese gobernante trato de cortar de tantas formas la voz del pueblo, hasta el punto de intervenir el uso de Internet, los jóvenes y le pueblo encontraron una estrecha salida en los pasillos de las redes sociales por donde de manera ordenada cada idea construyo el coloso y le dio forma para llevar al abandono al mandatario. Es por ello, un hecho en el mundo, es así como se escribe la historia, es ahí donde reside la verdadera intención de seguir adelante, de tener un país libre, con ciudadanos dignos y donde los jóvenes fueron los grandes artífices del tejido de una red que llevo sin fronteras la denuncia y la voz de los oprimidos logrando de esta manera un futuro mejor. De ahí que hoy vemos en las tecnologías, una herramienta social para el forjamiento y la difusión de las ideas en vías de la libertad y la democracia. Ahora en otras latitudes siguen sonando las mismas campanas de liberetad.
